viernes, 28 de septiembre de 2012

Noches de Lluvia y Baloncesto II



Me giras, volviéndote  colocar sobre mi, y acercándote a mi oído para susurrarme “¿Ya no puedes más?” mientras sonríes ante tu provocación, la cual sabes que surtirá efecto.
Empiezas a morder el lóbulo de mi oreja, bajas lamiendo mi cuello, y mientras mis dedos enredan en tu pelo, tus besos y mordiscos bajan recorriendo mi pecho, repartiendo cada uno de ellos como si no quisieses dejar ni un solo rincón sin llenar con uno de ellos.

Pasas por mi cintura, y antes de continuar bajando, mientras notas como tengo agarrada esa melena pelirroja, me miras con esos ojos que gritan… Y que me dicen, voy a devorarte.
Pasas tu lengua por mi polla, pero solo la puntita, para dejarme con ganas de más… Mordisqueas, lames mis piernas, pero sabes que es lo que deseo, y de nuevo sonriente bajo tu picardía, tu provocación, sin dejar de mirarme, te acercas lentamente hasta pasar toda tu lengua por mi polla, haciendo que comience a crecer de nuevo.
Sigues jugando con ella, lamiéndola, chupando la punta y acariciándola mientras lo haces, mis manos no sueltan tu pelo, mis ojos no te pierden de vista, mi boca deja escapar unos suspiros.

No paras, sigues, mi polla en tu boca, está dura deseándote y tu empiezas a chuparla entera, de arriba abajo, sin dejar nada por recorrer, jugueteando con tu lengua, con tus manos acariciándome, y haciendo que mis suspiros se conviertan en gemidos.
La agarras con tu mano y empiezas a masturbarme, mientras sigues chupando la punta, sin parar tu lengua, volviéndome loco mientras atraigo tu cabeza hacia mí, por simple instinto, vas a hacer que me corra de nuevo, lo sabes, y lo deseas tanto como yo.
No paras hasta que me corro en tu boca, limpiando bien mi polla luego, y acompañando con caricias tu ascensión hasta mi pecho, donde me besas, y te quedas mirándome.


“Me hago mayor eh…” Te digo con la sonrisa en la boca, mientras intento recobrar el aliento y suelto un largo suspiro, pero aun no soy tan mayor como para no devolverte la “jugada”.
Mis manos te atraen hacía mí, acariciando todo tu cuerpo sudoroso, caliente, recorriendo tu espalda con la yema de mis dedos, hasta agarrar ese culo con mis grandes manos haciéndote llegar a mi altura para poder susurrarte “¿Ya no puedes más?”, mientras tu sueltas una carcajada.

Muerdo tu cuello, dedicando unos minutos a recorrerlo varias veces… Me pierdo entre tus tetas, jugueteando y mordisqueando esos pezones duros, firmes, que tanto me gustan.
Mis manos mientras siguen a lo suyo, entreabriendo tus piernas y deshaciéndose en caricias en tus muslos, apretándolos, y haciéndote notar la fuerza de las mismas, acercándome a la humedad que hay entre ellas.
Bajo besando tu tripa muy despacio, notando el movimiento de esta a causa de tu respiración agitada, del nerviosismo provocado por el deseo, y mi mano está ya frotando suave tu coño

Mientras mi boca baja, mis dedos comienzan a colarse en ese coño mojado, caliente, deseoso de sentirme, de que lo haga mío, como toda tu. Bajo hasta tus muslos, recorriéndolos con la lengua, paso del uno al otro acercándome a tu coño pero sin llegar a él, y sin dejar de jugar con mis dedos.
Justo cuando saco estos, paso mi lengua recorriéndolo por completo, mojado, ardiendo, y quiero derretirlo, comienzo a chuparlo, a lamerlo una y otra vez, pasando mi lengua sin descanso, dejándola colarse dentro, descubriendo la facilidad con la que se cuela por la humedad del mismo, y disfrutando cada segundo mientras agarro tus piernas abiertas con mis manos.


Sigo jugando, colando mi lengua ahora con más frecuencia, recorriéndolo por completo, para sacarla lamiendo todo tu coño, recorriéndolo entero y notando el movimiento de tu cuerpo al ritmo que sigo lamiendo. Mueves tus caderas y ahora eres tu quien aprieta mi cabeza contra ti, no quieres que pare, lo se, sigo, más intenso, sin dejar de lamerte, juego con mi lengua, con la puntita, y después vuelvo a pasarla por completo, tus suspiros son gemidos, y estos aumentan en intensidad, gritas “Sigue, no se te ocurra parar”, pero sabes que no voy a hacerlo, y mientras tus muslos están más aprisionados entre mis grandes manos, tus piernas están más abiertas y tu más mojada, yo continuo lamiendo, hasta notar pequeños espasmos, hasta que no puedas más y suene tu grito de placer, hasta que tus manos dejan de apretar mi cabeza… Y acabas corriéndote.

Me coloco junto a ti, y dejas caer tu cabeza sobre mi hombro “No estás tan mayor” me dices arrancándome una sonrisa mientras tu también sonríes, me das otro pequeño mordisco, y quedas a mi lado, ambos sudados, rendidos, o no…

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Noches de Lluvia y Baloncesto...

Tumbado en el sofá con mi cabeza sobre tus piernas, tus manos acariciando mi cabello, la NBA en la TV, y la lluvia de fondo que con intensidad golpeaba el cristal de la terraza.

Esa era nuestra noche, difícilmente mejorable la verdad, pero muy repetidas por nuestra afición al baloncesto, con pequeños variables ciertos días con las pelis de miedo que tanto me gustan.

En lo que no coincidimos es nuestros equipos, cuando el tuyo gana, yo me quejo, cuando es al revés, te quejas tú… No todo puede ser perfecto, me repites siempre con una sonrisa.
Esa noche jugaban mis Celtics, y ganamos con una cierta facilidad, disfrutando de la intensidad de KG, o de las asistencias inverosímiles de Rondo, disfrute como siempre de los míos, y tu bromeabas continuamente sobre nuestra suerte, y vuestra futura victoria en las finales.

Al finalizar el partido, apenas unos minutos después y sin aviso previo, busqué tu boca… Porque era lo que me apetecía en ese momento, te atraje hacia mí, mordí tus labios, y jugué con ti lengua durante un largo rato… Te levantaste, dejándome tumbado, para ser tu la que te subieras sobre mi, mordiendo mi cuello y habiéndote librado ya de mi camiseta, tus besos me recorrieron por completo, comiéndome de arriba abajo.

Después sería yo el que haría volar tu camiseta, descubriendo tus pechos y jugando con ellos entre mis manos, sin dejar de besarlos y mordisquearlos, de recorrerlos con mi boca.
Tus pezones duros eran un juguete para mi lengua, y mis manos bajando por tu espalda agarraron tu culo con fuerza atrayéndote hacia mí.
Tú ibas bajándome los pantalones como podías, notando mi polla dura apretarse contra ti, mientras yo no dejaba de devorarte, eras mía en ese momento y no iba a soltarte.


Volvería a cambiar las tornas, girándote y colocándote debajo de mí en un momento, tus pantalones duraron segundos, y tus braguitas poco más entre las caricias de mis manos y mis dedos juguetones deseando derretirte.
Mi boca no dejaba de recorrerte, parando en pequeños momentos solo para susurrarte entre mordiscos a tu oído “te deseo”, y seguir con su trabajo.
Mis dedos jugando, frotando y calentando aun más de lo que ya lo estaba tu coño, para pasar después a las caricias a tus muslos para ayudarme a abrir tus piernas.

Entonces sería cuando comenzaba a meter mi polla, despacio primero, notando que estabas ya empapada… Fuerte después, haciendo retorcerte con cada embestida, haciendo que tu cuerpo quedara completamente al mío, y que tus gemidos en mi oído me animaran a acrecentar aun más el ritmo de estas.
Tus piernas me rodean, mis manos agarrándote por la espalda te atraen con fuerza hacia mí, el calor y el sudor se unen en uno, y tu boca y la mía también, sin dejar margen a nada.
Ya no hay vuelta atrás, con embestidas rápidas y duras, con tu cuerpo temblando, y el mío sin capacidad de parar, mi respiración agitada, con gemidos perdidos en el aire, y tus gritos retumbando… Cada vez más, más y más… Hasta corrernos juntos, quedando sobre ti, y sin movernos por unos breves minutos.

Pero el partido aun no ha acabado… Y lo sabes…

martes, 25 de septiembre de 2012

De Visita en Florencia



Recuerdo aquella noche como si fuese hoy… El cielo oscuro, mucho frío, había estado toda la tarde lloviendo y había dado una pequeña tregua. Yo había ido a Florencia a ver a unos viejos amigos aprovechando unos días de descanso que tenía.Recuerdo como nos cruzamos en la calle Valfonda, llevabas un abrigo enorme, que apenas dejaba ver ligeramente ese rostro extremadamente pálido, ligeramente sonrosado por el frío, y un gorro negro de lana bajo el cual escapaba una larga melena negra, imponente.

Al pasar junto a tu lado me quedé mirándote descaradamente, es imposible que no te dieras cuenta, de hecho, me giré al momento y vi como desaparecías sin dejar hacer un simple gesto.
Llevabas un paso rápido, manos en los bolsillos y mirabas al suelo, tus botas marcaban el paso en la calle semidesértica con el golpe del tacón de estas.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Colaboración: Susurros



Oigo un "pop" y la lucecita azul se enciende... Estiro la mano para alcanzar el móvil. Siempre igual, nada mas meterme en la cama, suena. Es un whatsapp de un número desconocido, en inglés... En inglés... ¿Tú?

Hace tres días vagaba distraída por Gran Via, tratando de encontrar el regalo ideal para una amiga, cuando te vi caminar hacía mí. Rubio, alto, altísimo, con esos andares y ese look, era imposible no fijarse. Pasaste a mi lado, rozándonos las manos mientras me mirabas a los ojos... Yo, ruborizada, bajé la mirada y apreté el paso. Dos segundos después,  sentí que me agarraban del brazo, me giré y ahí estabas de nuevo. Mi cara debió ser un poema. "Perdona" me dijiste, "necesitaba decirte que me encanta tu estilo", sonreí y empezamos una pequeña charla... Tú buscando las palabras en español, yo tratando de desempolvar mi inglés....hasta que me pediste el número. Y te lo di, porque nunca he estado muy cuerda, principalmente,  porque tu sonrisa me remueve por dentro, y porque las escenas surrealistas son mi debilidad. Nos despedimos con un "hablamos" y hasta hoy. Justo en el momento perfecto, cuando ya no te esperaba.


"¿Puedes quedar mañana? 19:00 donde siempre :) llevo diccionario" sonrío de nuevo, imaginándonos buscando las palabras, hablando como los indios, igual no es tan buena idea lo de quedar, va a ser incómodo... y mientras pienso esto, mis dedos ya han mandado un "ok, :) "
 
Llego tarde, como siempre, pero ya puedo ver tu cabeza entre la multitud, sonríes al verme llegar y me dices "como las novias, tarde" te pido perdón pensando "esto es empezar bien". Me sugieres tomar un café en un lugar desconocido para mi, acepto, callejeamos sin para de hablar, manejas el español perfectamente, y mirándome pícaro, me dices "te engañé un poquito, llevo años en Madrid". Entramos, el lugar huele a nuevo, es pequeño. Tres mesas, un sofá, la decoración retro. El camarero te saluda. Me cuentas que vienes mucho, que te sientes como en casa aquí... Nos apoderamos del sofá y empezamos nuestra sesión de café, de contarnos la vida. El tonteo va creciendo y nosotros acercándonos, reduciendo distancias en todos los planos. Tienes ese magnetismo sobre mí, que me hace sentir mariposas mas allá del estomago. 

De pronto, te levantas, "ahora vengo" y desapareces por la puertecita del fondo. Casi al mismo tiempo el camarero sale a la calle, supongo que a fumar. La luz baja, se vuelve violácea y comienza a sonar jazz, un saxo solo. Se me eriza la piel. Reapareces silbando la canción, te metes en la barra y me preguntas si pasamos a las copas. "El local es mio, y Carlos ya ha terminado su turno". Me acerco a la barra, y te pido un whisky. Me sirves despacio, mirándome, en silencio, solo la música, cargando más la atmósfera que el vaso. Sales de la barra, yo me giro apoyando los codos en la madera, puedo ver mi excitación en tus ojos, la tuya en tus labios. Mientras me das el vaso, acaricias mi mejilla. Las alas de mariposa golpean mis paredes "¿tu no bebes?" Esa sonrisa de nuevo, me levantas, me sientas en la barra, tus manos fuertes en mi cadera y susurras "yo, prefiero comer". 

Scritto da: @luxdemediodia

jueves, 20 de septiembre de 2012

Dancing In The Moonligh


 
PLAY

Caminaba bajo una lluvia fina e intensa, la tarde había dejado paso a una noche fría e intensa. Su único paraguas era una carpeta llena de hojas en blanco y un jersey empapado hasta su destino. Marchaba a toda prisa, con zancadas más y más grandes tras un duro día en los juzgados. Un sonido despertó sus pasos inquietos y en el bolsillo de su vaquero mojado, la vibración de su móvil estremeció sus caderas, reconoció enseguida ese tono y su sonrisa al ver tu nombre en la pantalla precedió a una mordida de labios.

 Su paso se afianzó imaginando cual sería tu sorpresa esta noche, ¿acaso a su llegada la cena estaría hecha? ¿Estarías tú en el menú? O mejor dicho, ¿serías cena, postre, café y puro? Su cuerpo ya no notaba el cansancio del día, tan siquiera le molestaba que lloviera justo cuando volvía a casa de su despacho. Solo podía imaginar recorrer ese cuerpo que tanto le enloquecía y que años atrás no era más que un sueño.
Al meter la llave en la cerradura y escuchar el sonido que abre ese jardín, le recorrió un ligero escalofrío su cuerpo y se encontró lanzando su carpeta al suelo e inspeccionando velozmente todas las habitaciones de la planta baja de su casa, anhelando encontrarla para recorrer sus pechos mediante mordiscos, suaves e intensos.

Subió las escaleras de dos en dos escalones, miró hacia la izquierda hacia la derecha y allí estaba al fondo del pasillo, en la habitación vacía. Completamente desnuda lo esperabas en aquella habitación con la luz de la luna dejándole ver todos tus encantos…
Despacio comenzó a acercarse, lentamente, queriendo recrearse con las vistas de tus piernas y desnudándose poco a poco, dejando la ropa en el suelo de aquel vertiginoso pasillo. Al llegar a tu altura, sus brazos te abrazaron con extrema fuerza y notó que algo tenías entre tus manos. Te diste la vuelta, lo miraste, y apretaste el botón de play de aquel mando mientras tu lengua enseñaba el camino a la suya. Ahí empezó a sonar vuestra canción…

Scritto da: @Esoyaquello

Recuerdos Imborrables...



Hace mucho que no escribo en el blog, pues siempre guardo cosas escritas solo para mí… Casi un mes, tres días han faltado, y no por falta de ganas, sino quizás más bien por falta de ánimo.
He tenido días en los que te he añorado enormemente, más que quizás hace 8 meses, cuando todo era más reciente, pero la herida en contra de esa mentira universal, no, no la cierra el tiempo… Este se dedica a recordarte que sigue ahí, y nunca va a desaparecer.

Pero dejemos las penas a un lado, sabes que siempre me gusta sacar mi sonrisa ante los demás, y que estos sonrían conmigo, y que mayor sonrisa que mis peques, que siempre me hacen olvidarme del mundo en que vivimos, y me convierten en uno más de ellos.
Ayer hablaba con Raúl por teléfono, me llama (si él, no su padre) casi todos los días, para contarme como le ha ido en el colegio, o como le va con su novia Nerea, con la que está teniendo ciertas discrepancias… Es lo que tienen estas relaciones a los 4 años y medio, que las niñas son malas desde pequeñas… Ais, el pobre se va dando cuenta.

Laura, se ha ido de Erasmus a Inglaterra, y está feliz y contenta, y yo orgullosísimo de ella… Ayer hablaba con ella por Skype (vivan las nuevas tecnologías), y no dejaba de sonreír ella y de babear yo… Y es que aun siendo mi mayor, sigue siendo una peque para mí, que la conozco desde que era una pequeñaja, y ahora la veo tan responsable y madura.


Álvaro ha entrado en la lista definitiva del equipo de futbol, si es que está claro, es un deportista, ¡como su tío! Y además, sorprendentemente serio y responsable, eso si, sobre el campo y en los estudios… Después no para de sonreír todo el rato, muchos de nuestros amigos dicen que les recuerdan a mi, y no, hay nada raro eh… Solo que ha cogido muchas costumbres y manías mías, y es que según su madre me admira mucho, y no se yo si eso es recomendable eh.

Por fin se va el calor, que me tenía algo agobiado ya, y viene el fresco, aun vamos en manga corta por la calle, y sin camiseta por casa, pero se fue el agobio, la humedad que ahoga… Ahora da gusto, y sentarse en la terraza suele obligarte a ponerte la camisa o camiseta, pues por la noche refresca bastante. También se nota cuando sales a la calle tras el madrugón, viva el trabajo… ¿A quien se le ocurriría eso de trabajar?

Bueno, creo que el resumen ha sido bueno, prefiero hablar de ellos que de mi, yo tengo poco que contar, el trabajo relajado tras las vacaciones, ya se irá intensificando, el gimnasio, aparcado esta última semana por mi hombro y cuello, el fisio me ha aconsejado que me tome un par de semanas de descanso, tengo los músculos demasiado cargado, y es normal… Cuando me agobio o me dan bajones, vaya palizas le meto al gimnasio.

Pero ante todo, como siempre te dije, hasta el último día, mantendré la sonrisa.